Proyecto avanza en la utilización del erizo negro de Juan Fernández como un recurso pesquero

Por Jean Pierre Molina

Centrostephanus sylviae, más conocido como el erizo negro, es una especie endémica del Archipiélago de Juan Fernández. Actualmente existe una sobrepoblación de este organismo, que ingresa a las trampas de langostas, lo que genera un impacto negativo en la pesca y al ecosistema disminuyendo la biodiversidad de muchas otras especies.

Bajo este escenario el proyecto titulado “Evaluación de la explotación comercial del erizo de espinas largas como una alternativa para enfrentar los impactos negativos de su sobrepoblación y oportunidad para diversificar la pesquería artesanal del Archipiélago de Juan Fernández”, es liderado por el Dr. Iván Hinojosa. El académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), está desarrollando este proyecto con apoyo del Consorcio Sursubantártico Ciencia 2030, en el marco del proyecto Fondef IdeA I+D 2023.

Por medio de muestreo y datos recopilados desde el 2014, se evidenció que el erizo negro seguía en aumento y generando impactos negativos (publicación científica en ICES Journal of Marine Sience –https://doi.org/10.1093/icesjms/fsaf067), por lo que la iniciativa buscó brindar un valor agregado a este organismo y analizar si era un producto apetecido en el mercado. “Nos dimos cuenta de que las lenguas o gónadas tienen buen tamaño, calibre y calidad. Desde enero a marzo estas gónadas se pueden cosechar y trabajamos con algunos chefs de Santiago, identificando que pueden utilizarlas en sus preparaciones”, explicó el Dr. Iván Hinojosa.

En esa línea, Daniel González, presidente del Sindicato de Trabajadores Independientes de Pesca Artesanal (STIPA) comentó la problemática actual. “Hemos evidenciado en las trampas de langostas la interacción del erizo negro de Juan Fernández. Cuando ingresa un erizo a las trampas no entran las langostas, esto nos genera un gran problema. Hemos visto cómo ha crecido la población de sobremanera”, añadió.

En este contexto, Bianca Mettifogo de la Universidad Católica del Norte, realizó su tesis de pregrado de Biología Marina estudiando este organismo. En particular, evaluó el índice gonadal del erizo negro, basado en la relación porcentual de peso de la gónada con su peso total. También, se caracterizaron las gónadas en términos comerciales relacionadas con el color, la textura y la firmeza. Durante un año realizaron diferentes muestras para evidenciar ambos aspectos.

Caracterización del recurso

Los erizos tienen un ciclo anual y es el momento previo al desove en que las gónadas se encuentran de mejor tamaño y calidad. En términos de color, textura y firmeza, están en su punto más alto. “El erizo negro podría llegar a competir en el mercado con el erizo rojo. De enero a mayo posee un promedio de 20% en relación con su peso total, y en mayo alcanza hasta el 25%”, explicó Bianca Mettifogo.

Además del tamaño y firmeza gonadal, los colores amarillo y naranja brillante son indicadores de calidad gonadal.

“Este organismo debe consumirse de manera fresca, por lo que es un desafío el traslado. Nos comunicamos con un grupo de chefs en enero y febrero, donde ellos prepararon sus platos, dando a conocer sus impresiones, las que en general fueron positivas. Sobre todo en febrero, donde alcanzaban buen sabor y textura”, agregó la bióloga marina.

De esta forma, para conseguir un buen rendimiento de este recurso es importante mantenerlos fríos y no aplastarlos. “El erizo negro al parecer sí es competitivo durante su temporada de extracción. Sin embargo, la principal limitante es la condición de la isla y su traslado”, agregó.

Próximos pasos

Producto de gestiones de los pescadores locales y con el apoyo de los investigadores del proyecto, se logró inscribir al erizo como un recurso pesquero dentro del país, cuyo principal desafío actual es que los pescadores artesanales lo incluyan en sus registros de pesca artesanal. “Hace años que estamos trabajando con el Comité de Manejo para poder incluirlo en el listado de las especies de Juan Fernández. Hoy por hoy, está incluido dentro del Registro Pesquero Artesanal para algunos recolectores y estamos esperando una nueva resolución para que se agregue a otros buzos recolectores y buzos mariscadores”, explicó Daniel González.

El siguiente paso está relacionado con la comercialización y logística para poder trasladar las gónadas del erizo negro hacia el continente. “Juan Fernández tiene poca conectividad. La forma de sacar este recurso es de manera fresca de Juan Fernández a Santiago, por lo que sigue siendo un desafío la manera de lograrlo”, comentó el Dr. Hinojosa.

Este proyecto busca diversificar la pesquería de Juan Fernández, además de brindar una alternativa gastronómica. “Este erizo está disponible en época estival, donde las costas del litoral central reciben el mayor flujo de turistas y ofrecer este erizo en ese momento, puede ser beneficioso. Justo en esa época, baja la abundancia del erizo rojo que está disponible en el continente. Es una oportunidad”, finalizó el académico.

“Existen cuatro buzos que lo tienen en su registro. Ya estamos en conversaciones con la Superintendencia de Pesca para que la próxima cosecha a partir de febrero del próximo año, ampliemos la cantidad de buzos para hacer una extracción comercial y regulada. Es parte de la diversificación productiva que como Sindicato venimos trabajando hace años para diversificarnos”, explicó Daniel González.

El equipo del Dr. Iván Hinojosa ha interactuado constantemente con los pescadores artesanales de Juan Fernández. Evidenciaron que el erizo negro se logra extraer por medio de buceo de apnea. “Hay una cantidad considerable de buzos de apnea, los que podrían ser los extractores de este recursos. La idea es que más personas se motiven, retomen esta actividad ahora que el recurso está inscrito”, cerró el Dr. Hinojosa.